La VENTANA de FIHNEC
Capítulo Siete Mares
FIHNEC El Salvador

2007 - "TESTIFICA DEL PODER DE DIOS" - Testimonio de Francisco Sarmiento

Sintiéndome vacío, yo era una persona que veía esta vida sin propósito. A nada le veía yo valor. Yo fui una persona que me había interesado por tener bienes, y los tuve. Me había interesado por buscar placeres, y los tuve a montones. Me devané tremendamente en este mundo, y sintiéndome vacío, un día empecé a sentir deseos de morir. Me sentí mal y en ese momento pensé: ¡Creo que ya ni mi mujer me quiere! Es tremendo llegar a esas situaciones, cuando uno no le siente valor ni a la vida de uno, ni valor a lo demás. Un día salía yo de una reunión de Alcohólicos Anónimos, porque también fui bien dado a la bebida, cuando una persona se me acercó y me dice: Francisco, ¿Ya te diste cuenta de lo que fue a hacer Henry? Henry es un joven que usa el pelo largo, que pertenece a esos grupos. ¿Y que es lo que pasó? – le respondí. Fijate - me dice – que se fue con otros tres de un grupo a que pertenece, y fueron a orar por una persona, que estaba padeciendo de cáncer, y fijate…!que se sanó! Pensé: ¡Quisiera que esas personas oraran por mí y se me quitara toda esta podredumbre que siento por dentro! Algo que es peor que un cáncer. Cierto día apareció por allí el tal Henry, y le digo: Mirá Henry, dice Arnoldo que ustedes oraron imponiendo las manos y que sanó una persona. Mirá - me dice – eso que no te asombre. El Señor Jesús está haciendo milagros desde hace dos mil años, y mucha gente no se da cuenta. Te voy a dar una invitación. Me dio una tarjetita como invitación para llegar a un desayuno como este. Y ahí anduve llevando la invitación por casi tres meses. Así fue como un día sábado llegué al Capítulo de la Autopista Sur, y a partir de entonces mi vida experimentó un tremendo cambio. Esto no es una cuestión religiosa, de mitos y mucho menos ritos, sino que es una forma de vida relacionada con Nuestro Señor Jesucristo. Es algo completamente distinto a lo que yo me imaginé, lo que me habían presentado en el mundo y a lo que yo sentía y creía. Me gustó más cuando empecé a tratar con esos hombres, y descubrí que realmente, aquí en los Capítulos de la Fraternidad Internacional de Hombres de Negocio del Evangelio Completo, se ven milagros. Soy testigo de haber visto expulsiones de demonios. Los primeros que echaron fueron los míos. Yo traía una legión. Ahora lo que más me gusta a mi es eso de llevarnos a una verdadera amistad con Nuestro Señor Jesucristo, como una persona real, que está ahora aquí con nosotros. Yo tengo por qué agradecerle, y doy testimonio, pues nos manda a contar lo que él hace por nosotros. Él se entregó en la cruz, por todos nosotros, y lo único que nos ha pedido es que demos testimonio. Mi casa ha sido transformada. Estamos pasando problemas, problemas económicos tremendos, pero mi fe se sigue confirmando. Hace poco tuvimos un problema con una institución que es de un tremendo poder. Me dijeron: Con ese equipo mejor no se meta, porque tienen poder económico, poder político y todos los jueces está a favor de ellos. Yo, hincado todos los días, pidiéndole a Dios, pensando: Tú vienes en contra de mí, con tu poder económico, con tu poder político, pero yo voy contra ti, en el nombre de Jesús, en el nombre del Dios de los ejércitos. Yo sabía que tenía ganada la batalla. Cualquier problema que nosotros pongamos en las manos de Dios definitivamente, no hay poder que pueda contra Nuestro Señor Jesucristo. Ni enfermedades, ni problemas económicos, ni problemas de familia, nada se compara con el poder de nuestro Señor Jesucristo. Él es una realidad, busquémoslo, Gracias.

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