La VENTANA de FIHNEC
Capítulo Siete Mares
FIHNEC El Salvador

2002 - "REGRESÓ DEL MAS ALLÁ" - Testimonio de Mauricio Nasser

A principios de 1998 me detectaron un cáncer linfático terminal. Los médicos que visité, me dijeron que tenía todo el cuerpo invadido de cáncer. El Médico Especialista, me examinó y me dijo: En primer lugar vamos a hacer una biopsia. Me sacaron muestras de los ganglios del cuerpo, donde estaban las chibolas que tenía en la espalda y todo el cuerpo. Dos laboratorios de Suiza, confirmaron que era maligno. La verdad, me dijo, esta enfermedad puede tocar el hígado, el páncreas, y todo lo despedaza, y es muy raro que alguno se salve. Bueno le dije, está bien. ¿Y no me puede ayudar? Con gusto, llegate al Hospital. Lo que te puedo dar es alivio, dijo, pero es mentira, con eso no te curo Mauricio.

Bueno ¿Qué hago? Yo no tenía dinero. Soy comerciante en pequeño. Entonces mandé a mi hijo a donde parientes que les he servido por muchos años, a pedirles ayuda. No era ayuda, sino préstamo como los que antes me han hecho de cien, doscientos mil. Ellos dijeron: Miren, ¿Y para que van a gastar en Mauricio? Si de todas maneras en un cien por ciento de posibilidades, va a morir. ¡Y gastar cientos de miles...! ¡No!

Bueno, yo tenía un gran defecto y dije... ¡No los voy a perdonar!. ¡Estos me las van a pagar! Pero no sé como mis familiares de afuera y de aquí me pusieron en tratamiento. ¡A ver si aguanta la quimioterapia!. Yo comencé a recibir los tratamientos, y según los médicos, era el “Único caso que soporta tanto veneno que le ponemos”. Seis, ocho horas crucificado con quimioterapia. Treinta sesiones de quimioterapia.

En mi agonía, le prometí al Señor, que si él me sanaba, yo iba a cambiar. Fui sanando poco a poco, y esos cinco puntos que he oído aquí en La Fraternidad de Hombres de Negocio del Evangelio Completo, los recordé. Para no cansarlos sané hace un año del cáncer.

Tuve un accidente en la casa, me caí de la segunda planta, me quebré todo. Estuve casi un año en cama y en silla de ruedas. Hoy que sané a Dios gracias, le di mil gracias al Señor Jesús, y como quería agradarle, conforme a un pasaje de la Biblia, dije Hoy si les voy a demostrar a todos aquellos que les guardaba rencor, y a lo que no me ayudaron. Y los cité. Vengan, tengo una sorpresa, les dije. ¿Cuál es? ¿Y que aun estás vivo? Vengan, les dije. El Señor me ha sanado y tengo compromiso con ustedes. Vengan a mi casa, rico millonario y no millonario. Siéntense.

Les tenía preparado algo, que les sorprendió. Quítense el calzado les dije. Tenía preparados una tina, toallas limpias y todo. A lavarles los pies, tal como el Señor quiere. ¿Quien soy yo?, dije, si el Señor lo hizo con sus discípulos, ¿Por qué yo no lo puedo hacer? Yo no soy nada en comparación de él. Empecé a lavarles los pies, secárselos y besárselos y a pedirles perdón. Estas loco, no tenés nada que perdonar. No nos has hecho nada. ¡No!, dije, quiero estar en paz con el Señor Jesucristo. Es lo que me ha pedido para estar bien con él, y con ustedes.

Y esos cinco principios: Amar a Dios, Perdonar, No juzgar, Ser Manso y Humilde y Ofrendar Generosamente a Dios, son los que hoy yo practico. Eso ha sido un milagro de Dios, créanmelo, porque yo vengo del más allá. Dos veces morí y sé, lo que es estar allá, y Dios me ha retornado. Me devolvió, porque tengo compromisos con ciertas personas enfermas a quienes yo les ayudo.

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